El gobierno municipal del PSOE sí apoya la implantación de la Universidad Católica de Ávila en Plasencia, pero con matices, el más importante, el de su ubicación, porque considera que «la Iglesia tiene instalaciones suficientes» en la ciudad que podrían funcionar como sede y señala que el «espacio idóneo» sería el seminario diocesano, ubicado junto a la Catedral y el Obispado y muy cerca también de los antiguos juzgados, que es el edificio que se plantean la universidad, el ayuntamiento y el Obispado.

Pero en este caso, el portavoz y secretario local del PSOE, David Núñez, criticó ayer que, con la intención de ceder un espacio municipal a una empresa que es privada no se está dando igualdad de oportunidades a otras empresas que anteriormente han solicitado espacios privados y puso como ejemplo la piscina climatizada de Sor Valentina Mirón, en la que «una empresa quiso ubicar un centro terapéutico, pero el alcalde dijo que el proyecto no era viable y más o menos que estaba en contra de ceder espacios públicos para empresas privadas».

En este aspecto, el PSOE cree «que no hay una ordenanza municipal que regule la cesión de espacios públicos a entidades privadas», por lo que Núñez ha pedido, «si quiere esa situación, que la regule. ¿No es más coherente hacer una ordenanza municipal que regule estas cosas?», preguntó.

Otra crítica que hizo ayer el grupo socialista fue la falta de información sobre el proyecto. «Lo desconocemos, no sabemos su contenido. Por eso, Núñez preguntó si la UCAV tiene un código deontológico como las universidades on line aprobadas para Mérida y Badajoz, ya que estas tendrán su sede social y fiscal en Extremadura y «no sabemos si la universidad católica también» e igualmente dijo que aquellas destinarán parte de sus beneficios a becas para alumnos en peor situación social.

malas artes/ «Desconocemos también si la UCAV se va a hacer cargo de la mejora de las instalaciones». En suma, el PSOE criticó al alcalde porque «un buen dirigente debería haber sentado a la oposición, a los agentes sociales y a la sociedad civil y presentar el proyecto y no salir a la opinión pública antes». También habló de las «malas artes» de Fernando Pizarro y lo comparó sin nombrarlo con Puigdemont, por la estrategia de «violentar a la opinión pública para conseguir un propósito». En su opinión, «con diálogo, con la Junta se puede llegar a buen puerto» porque «que haya nuevas empresas en la ciudad es bueno».