La tercera línea del autobús urbano que la concejala delegada, Carmen Blázquez, dio ayer por rematada empezará en la calle San Antón del barrio del Pilar y acabará en el hospital tras atravesar zonas donde ahora el servicio no llega como Sor Valentina Mirón, la avenida del Valle, Rosal de Ayala, Los Pitufos y el centro comercial de Carrefour.

Mientras otras como Miralvalle, las avenidas de la Vera y el Ejército, Santa Elena, Los Mártires, Ronda del Salvador o San Juan seguirán sin servicio porque ni se incluyen en esta tercera línea ni el ayuntamiento se ha planteado revisar las otras dos salvo en el caso de la segunda para dotar de parada al Hogar de Mayores de Puerta Berrozanas.

SIN RETORNO CON VIAJEROS Llama la atención que esa tercera línea no empieza y termina en el mismo sitio como las otras dos, con lo que se supone que una vez acabe su ruta en el hospital, volverá al Pilar sin viajeros.

No obstante, la concejala ha invitado a las asociaciones de vecinos y a la empresa concesionaria a realizar el lunes el recorrido para comprobar in situ si es de su agrado aunque ayer mostró su satisfacción "porque pensaba que íbamos a estar más alejados, pero a la primera reunión hemos dejado totalmente perfilada la tercera línea consensuada con Fepave, las demás asociaciones de vecinos y la empresa".

Sin embargo, la federación de asociaciones de vecinos mayoritaria en el sector vecinal precisó ayer que "de consenso nada. Entendemos que hubo una presentación y ahora tendremos que estudiarla". Así se manifestó la presidenta del colectivo, Marisa Rodríguez, quien insistió en que "lo que debe hacerse es una revisión global de las líneas para incluir todas las zonas ahora sin servicio y prever ampliaciones de futuro".

La concejala, por su parte, indicó que su deseo es firmar el acuerdo para esa tercera línea con vecinos y empresa "si el lunes vemos realmente que funciona" aunque no entrará en funcionamiento hasta finales de año en que se prevé que lleguen los siete nuevos vehículos que adquirirá el ayuntamiento por valor de 1,2 millones de euros. La cautela de la presidenta de Fepave, sin embargo, hace prever que el debate no ha hecho más que empezar.