Los propietarios de los pubs de feria advirtieron ayer al ayuntamiento de que instalar la caseta de la asociación evangélica (de la que forman parte personas de raza gitana) delante de la suya reduce el pasillo de acceso a la carpa joven a poco más de tres metros convirtiéndolo en un embudo humano. "No es por racismo como nos ha reprochado el concejal, pero le hemos pedido que la traslade detrás de la nuestra por el riesgo de que por ese embudo humano tendrán que pasar cientos de jóvenes".

Pero también por evitar problemas de vecindad cuando los 40.000 watios de potencia de la macrodiscoteca , que tendrá el frontal abierto por decisión municipal, se acoplen al equipo de sonido de la nueva caseta que el ayuntamiento ha decidido colocar a nueve metros de la joven. Se lo dijeron ayer al concejal de Festejos, Paco Gil, con la advertencia de que si se producen desórdenes entre la multitud, "la responsabilidad es del ayuntamiento, no nuestra".

Lo dicen porque aseguran que "el ayuntamiento ha sido mando y ordeno desde un principio y o lo tomas o lo dejas , cuando nosotros nos jugamos nuestra propia inversión y el ayuntamiento sólo cede el suelo". Ayer explicaron que empezó por no dejarles montar las casetas individuales de los últimos años, sino que decidió reagrupar a los diez pubs en una gran carpa abierta por seguridad para tener controlado el botellón . No les gustó la idea, pero "luego encima nos arrinconan para instalar justo enfrente la caseta de la asociación gitana y empezamos a sospechar que nos quieren borrar de la feria".

"NO ES RACISMO"

Los diez hosteleros afectados, que calculan su inversión en una media de 6.000 euros por cada uno, devolvieron al ayuntamiento la acusación de racismo: "Dicen que nos quejamos por racismo, pero a lo mejor el que se mueve por racismo es el ayuntamiento o si no por qué no ha puesto la caseta, que es de una asociación, junto a las privadas".

Tampoco dudaron en sugerir que la instalación de la primera caseta de la asociación evangélica en el ferial es una medida electoral. "Pero nosotros --insistieron-- sólo queremos trabajar a gusto y no que eliminen la caseta gitana, únicamente que la trasladen por seguridad". Su preocupación es que por tratarse de una fiesta multitudinaria donde la gente se toma unas copas, cualquier roce pueda desembocar en desórdenes como recuerdan que ocurrió el año pasado en la feria de Talavera con un desenlace fatal.

Por tanto, critican la "mala organización y las maneras dictatoriales de este ayuntamiento mientras en Cáceres los pubs tienen su sitio organizado y aquí somos los paganini y no nos tienen en cuenta para nada".