Vuelve el mito. Fue poco menos que proscrito, pero ´El Robe´ ha vuelto convertido en todo un ídolo que, seguramente sin buscarlo, ha hecho que muchos identifiquen a Extremadura con Extremoduro. Y haciendo lo que le gusta, una suerte ganada a pulso por la que merece admiración. Lástima que no podamos conocer de su boca cómo ha sido su reencuentro con los paisanos porque la empresa organizadora no lo ha tenido a bien. La que, por cierto, va a recibir una subvención del ayuntamiento de 34.800 euros concedida por el interés público y cultural del concierto celebrado, además, en el campo de fútbol municipal cedido para la ocasión. Lo que no deja de ser una interpretación, discutible, de la Ley. Habrá que ver el tirón en visitantes. En fin, queda la música.