Después de unas obras que se han alargado 11 años y que solo han permitido ver el polémico exterior, -polémico porque suscita tanto adeptos como críticos- ayer el palacio de congresos desveló el secreto de su interior, aulas donde predomina el blanco y el naraja; un auditorio que impresiona por su vertiginosa altura y un aire industrial que, como en el caso exterior, gustó a unos y disgustó a otros.

En general, las personas que acudieron al primero de los turnos de la visita guiada promovida por la empresa pública regional encargada de la gestión de los palacios de congresos, Gebidexa, mostraron su preocupación por el elevado coste que previsiblemente tendrá su mantenimiento y por si permanecerá como un mastodóntico edificio en medio del monte público Valcorchero o se le dará contenido para amortizar así una inversión que ha superado los 21 millones de euros.

«Es enorme, esto para mantenerlo...»; «Es muy grande, impresionante y muy vanguardista y quizás choca con lo que hubiéramos querido para Plasencia»; «Me ha gustado por dentro, sobre todo el auditorio, es lo que más merece la pena»;¿Y esto quién lo ha diseñado?», fueron algunas de las opiniones ciudadanas de ayer.