Algunos bares y peluquerías cerraron y otros abrieron, pero con la convicción de que la falta de agua les obligaría también a cerrar, mientras los vecinos se apañaron como pudieron gracias a los cubos y garrafas preparados la jornada anterior. Esta fue la estampa ayer en el polígono de La Data, la Data Vieja, Cañada Real, La Mazuela y las calles Pablo Iglesias, Rodrigo Alemán y Mateo Alemán, donde el corte general de agua originado por las obras en la urbanización Ciudad Jardín afectó con intensidad.

Pero unos y otros coincidieron en protestar porque el corte se haya hecho a pleno día y no durante la noche, ya que de esta forma afirman que no hubiera provocado trastorno alguno.

Sin duda, la hostelería fue la más afectada, ya que muchos bares no dudaron en cerrar sus puertas porque "aquí hay mucho que limpiar y lavando con agua no se puede hacer. Además, la cafetera sin agua no funciona y si se estropea ¿a quién reclamas? En las grandes ciudades los cortes se hacen por la noche porque nadie lava, ni usa el agua y no nos habría provocado ningún trastorno", señaló un industrial.

Los que abrieron notaron la bajada progresiva de la presión y sólo esperaban a que se les agotaran las reservas para cerrar también sus puertas. Esto pasó no sólo en los bares sino también en las peluquerías, donde se quejaron de que "no es agradable para un cliente que le laves con agua fría o no haya agua en el servicio".

PROVISIONES DE CUBOS

Por su parte, los residentes del resto de la ciudad se encontraron con la sorpresa de tener agua en sus casas después de haberse aprovisionado el día anterior de garrafas y cubos, con lo que al final tuvieron que tirar las reservas.

Frente a las quejas, la empresa del agua justificó la actuación durante el día porque "al afectar a la red principal de la ciudad, si por la noche se hubieran producido averías, no hubiéramos podido dar el agua a primera hora de la mañana, con lo que se habrían producido cortes imprevistos y el perjuicio a la larga habría sido mayor".