Aviso a toda la población: el simulacro de amor y felicidad ha finalizado. Guarden los langostinos, insulten a sus cuñados y disuélvanse. ¡Que le pongan un monumento a quien quiera que haya ideado semejante SMS navideño! y bendita normalidad la de mañana, un simple lunes, a la espera de comprobar si los Reyes Magos recibieron mi pedido para el gobierno municipal. ¿Le habrán traído a Elia María Blanco el maletín de la señorita Pepis? Porque está muy bien tener una alcaldesa populista, pero lo que tenía blanco Baltasar era la palma de la mano, no el cuello. Al portavoz, Pablo Sánchez del Mazo, le he pedido un viaje a un arrozal para que vaya al grano y a Victoriano Durán, el concejal más serio de Bienestar Social y Educación, una coca cola y una sonrisa.

A Blas Raimundo un scalextric para que aprenda a manejar el tráfico; a Carmen Blázquez un disfraz del llanero solitario para que siga combatiendo la inmundicia de las calles; a Mónica García un mecano para que siga cambiando tuberías; a Enrique Tornero unas katiuskas para que corra por las pistas de atletismo de la ciudad deportiva sin miedo a meterse en los charcos; a Raquel Puertas un uniforme de azafata de congresos; a Concha Marcos un juego de llaves para que nunca mais se cierre la universidad popular y a Miguel López Bueno el Manual del Ecologista Coñazo y La Metamorfosis. ¿Y a la oposición? El juego de las sillas.