Multas de entre 120 y 460 euros, pero también la reparación del daño es el castigo que recogen las ordenanzas municipales por hacer pintadas en la vía pública. Lo que pesa ahora sobre los tres menores sorprendidos por un policía local de descanso mientras pintaban en columpios de la calle Fueros, en el barrio del Pilar. "Hacerles pagar la reparación no es una medida nueva, sino que está en la ordenanza, lo que pasa es que hay que coger al infractor in fraganti y probar que el daño es obra suya" explican fuentes municipales. Se refieren a que, en este caso, los juegos infantiles están repletos de graffiti y que el expediente sancionador tendrá que probar en qué medida corresponde a los tres menores. De negarse los expedientados a correr con los gastos, el ayuntamiento ha de demandarlos judicialmente, según las mismas fuentes.

De ahí que el concejal de Interior, Francisco Martín, insiste en pedir la colaboración ciudadana para contribuir a pillarles con las manos en la masa y en apelar a los padres. "El ayuntamiento no puede sustituir la responsabilidad de cada padre con su hijo ni el deber de aparcar bien". Mientras los vecinos reclaman más vigilancia policial como medida disuasoria. "Pero no podemos --insiste el edil-- tener un policía en cada calle".