Las fuertes rachas de viento que se registraron ayer en la ciudad durante toda la jornada causaron múltiples daños materiales, sobre todo, porque en varios momentos del día se alcanzaron rachas de hasta 70,5 kilómetros por hora, informó el concejal de Interior, Francisco Martín.

Por esta razón, los bomberos tuvieron ayer más trabajo del habitual y realizaron y, hasta el cierre de esta edición, realizaron más de diez salidas. En concreto, se desplazaron hasta la calle Antonio Vargas, en San Miguel, por el desprendimiento de chapas metálicas del tejado de un edificio; después tuvieron que ir a la gasolinera situada en la A-66 a la altura de Aldeanueva del Camino y a la ubicada en el barrio del Pilar, por el desprendimiento --en ambos casos-- de láminas metálicas que el viento desprendió de los tejados.

Más tarde, se acercaron a la calle Pedro Isidro, junto a la plaza Mayor, ya que varias tejas habían caído a la vía, lo que obligó a la policía local a cortar la calle por seguridad hasta que fueron retiradas las que estaban colgando. Más tarde, los bomberos del SEPEI se desplazaron a Obispo Varela, junto a la plaza de San Calixto, para retirar una celosía desprendida de la fachada. Además, recibieron llamadas de una vivienda de la avenida de Juan Carlos I, de la calle Santa Ana y del colegio de San Miguel, ya que había uralita suelta, según informaron los bomberos.

Además, el viento también provocó la caída de vallas de obras, de adornos navideños, volcó contenedores y arrancó ramas, a lo que hay que sumar que el fuerte aire arrastó por las calles la suciedad acumulada.