Alicia y Alvaro estudian este curso en Las Josefinas, pero el próximo tendrán que dejar el colegio y a sus amigos porque no viven cerca del centro. Es una de las consecuencias de la implantación este año de la gratuidad del ciclo de Infantil en los colegios concertados porque, por una normativa de la Junta, los centros están ahora obligados a dar prioridad en el acceso a los niños que residen cerca, aunque eso suponga que antiguos alumnos tengan que abandonarlo.

Padres del colegio de Las Josefinas ya se han rebelado contra esta nueva medida y ayer protestaron airadamente en las ventanillas del colegio cuando acudieron a reservar plaza para sus hijos. "No entiendo por qué mis hijos, que llevan aquí estudiando dos años, tienen ahora que abandonar el colegio porque vivimos lejos", se quejaba ayer un padre.

La propia dirección del colegio apoya a los padres porque "es incomprensible que los que estén aquí se tengan que ir. Esta norma lo que hace es desequilibrar a las familias", afirmó su directora, Antonia Alvarez.

Las Josefinas es el centro más perjudicado porque como explicaba ayer Alvarez "a esta zona se ha desplazado mucha población de gente joven con niños, así que tenemos mucha demanda de alumnos que van a tener prioridad porque lo que determina el acceso es el domicilio".

Por eso, han reclamado a la Junta y le han pedido una entrevista "para que nos den explicaciones". Pero la nueva norma afectará también al resto de colegios concertados, donde la preocupación ha cundido en los padres y los propios centros. Los directores de La Salle, San José y Madre Matilde coincidieron ayer en que "puede haber un efecto colateral y que niños de Las Josefinas pidan plaza aquí ahora y basta que haya uno para que tenga que salir un alumno nuestro". Por eso, están dispuestos a "luchar porque los que están no salgan" y no descartan reclamar también a la Junta. Sólo San Calixto está más tranquilo y su director decía ayer que "esas son las reglas del juego".