No han pasado ni dos meses desde que comenzara la intervención en la iglesia de La Magdalena y ya han aparecido tumbas y huesos. Ha sido esta semana cuando los arqueólogos de la oficina del ARI, supervisados por el arquitecto Roberto Rubiolo, han dado con los hallazgos gracias a las excavaciones que incluye el proyecto, que prevé además dejar los restos expuestos al público una vez termine la obra.

Sobre los tipos de restos, de momento sólo ha trascendido la aparición de alguna tumba con huesos, sobre la que ayer trabajaban los técnicos, porque la concejala de Urbanismo, Mónica García, ha decidido no dar información alguna "hasta que no tengamos las conclusiones de los técnicos de lo que ha aparecido. Cuando esté, se dirán". Además, ha prohibido la entrada en el recinto para tomar fotografías de los hallazgos y sólo quiso desvelar que entre los restos encontrados se encuentra un esqueleto de perro.

No dijo más, salvo que "el trabajo arqueológico se está desarrollando conforme al proyecto". Al igual que pasó en la ermita de Santo Tomé, la aparición de restos humanos sería de suma importancia porque podría aportar nuevos datos sobre la Historia de la ciudad.