Andaba yo sin tema, que viene a ser algo así como andar, cuando llueve, sin paraguas. En realidad no faltan temas, me faltan opiniones. Tener opinión sobre algo no es tan fácil como pudiera parecer. Al menos si, por tener tener opinión, entendemos tenerla resuelta, coherente y capaz de sostenerse por su propio pie.

Así que decidí pedir socorro. Pegué un grito digital y en mi auxilio acudieron los amigos. «No sé de qué escribir el sábado. ¿Alguna sugerencia?» Nueve palabras y más de 150 comentarios. Lo de las redes será lo que sea y aún peor, pero tiene su aquel. A todos los que propusieron se lo agradezco. Si tuviera que dedicar un artículo semanal a cada propuesta tendría para un par de años y no sé cómo andaré de salud a tan largo como me lo fían.

Lo evidente es que cada uno tiene su tema porque sobre él tiene claramente definida su propia opinión; definida aunque resulte tácita. No me resisto a compartir con ustedes algunas de estas interesantes sugerencias. Empecemos por los músicos: Pedro Monty me propone hablar, ahora que llega el concierto de Año Nuevo, del porqué en la Filarmónica de Viena no son bien recibidas las mujeres. Mi queridísimo Israel Sánchez, también músico, desde Alemania, sugiere a Charles Trenet, pasión que compartimos. Jaime Ruiz Peña, autónomo presidente de sí mismo, me invita a investigar sobre el extremeño de Malcocinado íntimo de Oriol Junqueras. Luis Alfonso Hernández Carrón me propone hablar de lo publicado en este mismo diario sobre el riesgo de pobreza que se cierne sobre el 43% de los jóvenes extremeños con empleo; más que un tema una tragedia.

Diego Algaba, colega en letras, apunta, y apunta bien, al caso de Julio Cienfuegos y la carta de sus hijas. María Antonia Sánchez Jara, como buena socialista, no olvida a los refugiados. Juan Francisco González Tejada, como buen falangista, no olvida el abandono en que viven muchos de nuestros mayores. Rosa María Delgado, desde Plasencia, propone las listas de espera. Juan José Teodoro, irónico, de lo bien que se vive en Catar, y Antonia Ugalde de las muchas cargas tributarias que soportan los autónomos. A José García Seco, en Valencia de Alcántara, le duele la despoblación rural. Y a Manolo Parra, empresario, le preocupan las pensiones.

Otro grupito se tira por la manduca. Mateo Giralt por el turrón de Castuera y Juanma Cáceres por las gambas (a saco); Juan Antonio Fuster, mi mariachi preferido, por la cocina mexicana y José Rivero Sudón, bodeguero en alza, pide una reflexión sobre «excesos, arrepentimientos y gimnasios», y es, quizá, el único que tira piedras contra su propio tejado.

Especial simpatía me ha causado la propuesta de Miguel Guerrero: los baldosines sueltos y lo mucho que salpican cuando llueve. También la de José Antonio Herrera que trae a cuento al Club Deportivo Badajoz y la de Santi Aguinaco que me pide unas palabras sobre del Athletic.

Solo en un caso se me escapa cuál es la postura de quien propone; Antonio Rosa saca el tema de Doña Letizia, republicana o monárquica. Los hombres cabalísticos siempre resultan interesantes, y Antonio lo es.

Sin duda el tema que concitó más de una defensa fue Tabarnia. Por ejemplo, desde Donosti, mi viejo conmilitón Carlos Sanz. Y, en línea con lo anterior, mi entrañable José Alberto Hidalgo pide hacer hincapié en las consecuencias que para el independentismo catalán tendrán los perjuicios económicos que genera. Así más de cien temas, uno detrás de otro.

Ya ven, pude haber escrito sobre Tabarnia, pero he preferido hablar sobre las tabarnias interiores de mis amigos. No sé si fue buena idea lanzar la pregunta. Va a ser imposible contentarles a todos. Al final me quedo con el comentario del dramaturgo Miguel Murillo: «Habla de ti y ahí se englobará lo que destilas de los demás temas». Y es que en hablando un maestro... más vale callar. En todo caso, como me pide Jaime Mejías, baste decir: ¡mis mejores deseos para todos en este año 2018 que comienza!