El refugio municipal de animales está «totalmente lleno» en estos meses de verano, según confirmó ayer la responsable del recinto, María Salud Mateos. Son semanas en las que no se producen adopciones y muchos animales se encuentran en las llamadas casas de acogida, donde esperan antes de ser adoptados.

En la actualidad, el refugio tiene 90 perros que esperan irse con una familia y están repartidos entre este espacio y las casas de acogida, en las que hay unos 30 animales. «La situación es complicada porque ya no podemos dar más cabida a más perros, por lo menos hasta que no se adopten algunos y empecemos de nuevo con las adopciones internacionales en Bélgica, Francia y Holanda, que ahora están paradas», señaló María Salud Mateos.

Ante esta situación, piden de nuevo la colaboración ciudadana «para adoptar algún animal» pero, a la vez, reclaman que sea una adopción «responsable» y «sabiendo que son seres vivos a los que no se puede abandonar cuando nos apetezca o porque ya nos hayamos cansado; hay que entender que un perro es para toda la vida», sentenció la responsable del refugio.

Ese es uno de los motivos por los que muchas de las adopciones de animales al final no se llevan a cabo «debido a que muchas personas quieren los perros para tenerlos en el campo para cuando van los fines de semana», situación que desde el refugio no entienden, ya que «si el animal el lunes se pone enfermo, hasta el viernes no se le atiende como debería ser y es una pena porque un animal en el campo puede ser muy feliz, pero estando bien cuidado», explicó Mateos.

A pesar de ello, desde el refugio animan a adoptar «siempre de forma responsable» porque dicen que así «alivian un poco nuestro trabajo de voluntariado, que no duden que lo hacemos encantados, pero que nos ayudarían mucho con ello». También señalaron que en caso de saber de perros abandonados se pongan en contacto con ellos «que intentaremos hacer todo lo posible por atenderlos y darles una vida mejor», aseveró la responsable.