Los residentes en la plaza de Doctor Sayans ya no aguantan más. Y no hacen porque todas las noches tienen que soportar bajo sus balcones y ventanas la presencia de jóvenes que no paran de gritar, que llenan de pintadas las paredes, que hacen minibotellones y mini carreras de cross. Además, a todo esto se suma que la plaza es, en muchas ocasiones, lugar de encuentro para los toxicómanos que acuden a este lugar a pincharse.

Así lo asegura uno de los vecinos, que no ha querido facilitar su nombre y que considera que cada noche "es un infierno". La certificación de que no miente se puede ver en las paredes llenas de gratifis, la suciedad de la plaza, los restos de minibotellones y el estado de abandono en el que está uno de los pasos obligados de los turistas desde el parador hasta el etnográfico.

Los visitantes que se acerquen a ver el busto del Doctor Sayans pueden observar cómo algún vándalo se ha entretenido en pintarle los ojos y la boca a la imagen. Pero no contentos con esto, han roto las farolas --que, según aseguran los vecinos, lo han hecho con las vallas de las obras de la calle Trujillo-- y han destrozado las papeleras antivandálicas.

JERINGUILLAS Y es que entre los ruidos y la suciedad que ocasionan "esta plaza es un sinvivir", declara otro afectado. No obstante, el problema se agrava más, ya que los residentes aseguran que en numerosas ocasiones se han encontrado jeringuillas y "lo que temo es que un día mi hija se pueda pinchar", comenta otro residente, que no es el único que se ha llevado un susto por este motivo, ya que otro vecino explica: "A mi mujer le dieron el otro día un susto porque en la puerta se encontró con un yonqui con los pantalones bajados a punto de pincharse. Así no se puede vivir", resalta.

Ante todos estos hechos, han presentado una queja por escrito al ayuntamiento en más de una ocasión, pero afirman que "no nos hacen ni caso". Dicen que cada dos por tres llaman a la policía local y Nacional, pero "a veces acuden a las dos horas y los chavales ya se han ido". Y eso que, según cuentan, les avisan porque algunos vándalos entran al jardín de la Casa de las Dos Torres y les han pillado saliendo con cosas que roban dentro.

Por todo ello, demandan más seguridad para que "la tranquilidad regrese a la plaza y no tengamos que soportar esto más".