Los controles policiales de alcoholemia se han dejado notar en el juzgado, donde cada semana son ya varias las sentencias condenatorias a conductores que dieron positivo. Incluso han empezado a afectar a personas que necesitan del carnet para trabajar como es el caso de un transportista que no podrá conducir en un año. La sentencia le impone además seis meses de multa con una cuota diaria de cinco euros así como 22 días de trabajos en beneficio a la comunidad y al tener antecedentes penales podría ir a la cárcel si es reincidente.

Este es el panorama al que se están enfrentando los conductores detenidos por la policía local en los controles urbanos, aunque también los hay por carecer hasta del carnet de conducir. Por lo que fuentes policiales animaban ayer al personal a tomárselo en serio con aviso de que al que le toca, le toca. "Sabemos que los controles son impopulares y algunos han venido a quejarse de por qué a ellos les hemos parado y a otros no --señalaron las mismas fuentes-- pero no podemos parar a todo el mundo y quien conduce habiendo bebido se la juega, pero sobre todo por su salud y la de quien se tope con él".

La policía local confirmó que algunos detenidos les han pedido la retirada de la denuncia, sobre todo si necesitan el coche para trabajar. Lo que jurídicamente no exime de la responsabilidad y si acaso empeora su situación porque se entiende que mal hábito es el de conducir bajo la influencia del alcohol. Como es el caso del transportista, aunque en el momento de la detención conducía su coche particular. Lo pararon la madrugada del día de Extremadura, el lunes, en la Puerta Talavera y dio 0,92 cuando a partir de 0,60 es ya delito. El juicio fue al día siguiente.