Casi un año y medio después de haber inaugurado la primera fase del bulevar de Cañada Real, el ayuntamiento quiere retomar el diálogo con las Hermanitas de los Pobres para poder terminar el proyecto sin que se forme un cuello de botella a la altura del asilo.

Esta nueva intentona del equipo de gobierno la anunció ayer el portavoz socialista y primer teniente de alcalde, Francisco Barbancho que, pese al tiempo transcurrido desde la apertura de la primera fase, aseguró que el proyecto "no ha quedado en el tintero. La obra la queremos llevar a cabo".

Esa era la intención del también gobierno del PSOE en la anterior legislatura, que incluso en el 2006 destinó 600.000 euros de fondos europeos para las dos últimas fases, una cantidad que también formaba parte de los presupuestos de este año.

Pero las Hermanitas de los Pobres se han negado siempre a vender parte del asilo para que la segunda fase tenga la misma anchura que el resto del bulevar con el argumento de que es un espacio muy necesario para los mayores a los que atienden.

Por eso, Barbancho reconoció ayer que "es un trámite complicado, difícil, pero creemos que es posible llevarlo a buen puerto". La intención del gobierno es presentar a las monjas una buena oferta económica, bien a través del pago en metálico o de permuta, aunque si persistieran en su negativa, dijo: "Si no hubiera otra alternativa, se podría contemplar la expropiación, pero pensamos que puede haber un acuerdo".