El local que Cáritas utiliza como ropero, en la avenida de La Vera, cerrará el próximo viernes, día 14, y no volverá a abrir hasta el 1 de septiembre.

"Ahora mismo, la situación del ropero es estupenda", afirma María Julia Díaz, encargada de este servicio de Cáritas. "Yo siempre digo que la gente de Plasencia y de los pueblos de alrededor es muy generosa", subraya, antes de admitir, sin embargo, que sí hay algo de escasez en "ropa infantil para niños entre los cuatro y los 11 años". Este hecho es "normal" para ella, ya que "son las edades en las que destrozan toda la ropa que se ponen".

Las personas que se acercan a solicitar ropa también preguntan por material de aseo, como pastillas de jabón, champús o colonias, "y de eso no tenemos apenas, se reparte el mismo día que llega". La encargada explica, así, que en el ropero "recogemos prácticamente de todo", y lo ilustra enumerando "juguetes, cacerolas, cuchillos, calzado...".

El trabajo de clasificación lo realizan entre los 18 voluntarios que componen la plantilla, y, según explica María Julia Díaz, "según llega lo clasificamos y lo sacamos para que esté disponible", atendiendo al tiempo. Por ejemplo, a la vuelta en septiembre, "si hace calor, seguiremos con mangas cortas; si no, sacaremos los jerséis".