Hartos de tener que llamar por teléfono de madrugada a la policía local para que controle el elevado volumen de la música en las pistas de verano, los vecinos del Rosal de Ayala registraron el lunes un escrito en el ayuntamiento dirigido al concejal de Seguridad Ciudadana con un claro mensaje: "No somos los vecinos los que tenemos que velar por el cumplimiento de la Ley de Convivencia y Ocio, sino la policía local".

En resumidas cuentas lo que esperaban los vecinos afectados es no tener que molestarse en llamar por teléfono a altas horas de la madrugada a la policía local porque no pueden dormir, sino que el ayuntamiento hiciera algo para proteger su derecho al descanso dado que si la música se escucha en su casa, también la pueden escuchar los agentes en los controles policiales que el concejal asegura que se realizan los fines de semana.

Es la eterna historia de las noches de verano en zonas tan próximas a las pistas como el Rosal de Ayala, Los Pitufos o la avenida del Valle, pero también allá donde el viento lleve la música. "Entendemos que todo ciudadano tiene derecho a ganarse la vida trabajando --dicen-- pero debe respetar el descanso del resto que también trabaja". De momento tendrán que seguir quejándose.