El colegio de San Miguel seguirá prestando este año sus aulas a una veintena de jóvenes de etnia gitana de San Lázaro para el curso de fabricación de cajones musicales pese a la oposición de la asociación de vecinos, según dijo ayer el concejal de Bienestar Social, Victoriano Durán.

Este es uno de los proyectos del plan municipal sobre drogas que pretende dar alternativas a adolescentes del cerro de San Lázaro donde más droga se mueve en la ciudad. También quince padres y madres seguirán en el mismo centro un programa piloto para la prevención de drogas.

La asociación de vecinos de San Miguel no tardó ayer en replicar, muy ofendidos, al edil. "No es que no queramos que los chicos vengan aquí --dijo el presidente, Jaime Collado-- sino que se reparta por otras zonas para que la integración sea total y no sólo en San Miguel".