Bajo el título de Plasencia apaleada y acompañado del subtítulo Crónica de los palos dados al muy noble, leal y benéfico pueblo placentino por los señores antidisturbios , el autor José María Sánchez Torreño presenta el resultado de dos años de trabajo acerca de la carga policial que sufrió la ciudad en las primeras horas de la tarde del 10 de marzo de 1977, "un estudio que nunca se había hecho", según afirma.

No hubo respuesta oficial acerca de las circunstancias que produjeron este hecho "hasta que alcanzó la cartera nacional de Interior el exfiscal de Cáceres Mariano Fernández Bermejo". No fue hasta el 2007 cuando el ministerio difundió la versión oficial, "30 años después de que se hubiera producido la carga".

Según dicha versión, "un grupo de manifestantes se acercó a la comisaría, y el comisario pidió ayuda a la policía para disolverla". Dos de los manifestantes habían sido detenidos por las protestas, pero, cuando llegó "la Compañía de Reserva General número 8 de la entonces Policía Armada", cerró las salidas de la plaza Mayor cargó "contra todo el que había allí, fuera manifestante o no".

Sánchez Torreño afirma que, dado el gran lapso entre la carga y su explicación, "es normal que encuentres a muchos que digan, con aire de misterio, que ellos saben por qué fue la carga policial". Como consecuencia añadida a la falta de explicaciones durante tanto tiempo, "la carga se ha convertido en una especie de comidilla de los placentinos".

No fue porque no se pidieran dichas explicaciones, ya que, según Torreño, "se vivieron en Plasencia unos días de mucha tensión". En primer lugar, hubo un "gran movimiento social" que exigió una respuesta al ayuntamiento, y este trasladó las quejas al ministerio. Sin embargo, no hubo respuesta oficial por entonces. "Por suerte, la tensión se relajó", explica el escritor.

ENTREVISTAS A TESTIGOS Torreño, que se ha entrevistado con "el inspector jefe que estaba por entonces, gente que fue detenida y muchos testigos", contextualiza la carga policial en la primera visita oficial de los reyes "ya como reyes" a la ciudad, y esta visita en la ruta que realizaron por toda Extremadura.

"El día anterior habían estado por la provincia de Badajoz, y, por la mañana, se trasladaron en helicóptero desde Mérida hasta Plasencia, donde llegaron hacia las 10.30 de la mañana", cuenta. De esta última ciudad partieron a Cáceres junto con el alcalde, una hora más tarde.

Hacia las 13.30 horas, se persona la Compañía de Reserva General en la plaza Mayor, ya finalizado el acto de recepción a los reyes, y es entonces cuando comienza la carga.

Era tal el desconcierto que "hubo incluso quien creyó que era una especie de demostración", cuenta el autor. Ese mismo día se dio el alta a varios heridos por la carga, y se realizó una manifestación espontánea de protesta frente al ayuntamiento, en el que se realizó un pleno extraordinario.

Se produjeron manifestaciones en días siguientes, notas del gobernador civil y del obispo, y reuniones del alcalde con director general de Seguridad y con el ministro del Interior. Pero no hubo respuesta oficial del ministerio hasta mayo del 2007.