La hermandad de donantes de sangre siempre advierte a la hora de realizar sus campañas de que la sangre puede salvar vidas. No es sólo una teoría, ya que el fin de semana una mujer de 34 años y su hija recién nacida salvaron su vida gracias a las bolsas de sangre donadas por personas anónimas.

La mujer, originaria de un pueblo próximo a la ciudad, sufrió complicaciones cuando estaba dando a luz a su hija y fue necesario administrarla 18 bolsas de sangre, 19 unidades de plasma y 12 de plaquetas. La intervención fue tan dura que duró varias horas y fue necesaria la intervención de cuatro servicios, los de ginecología, cirugía, uvi y quirófano.

Según el presidente de la hermandad de donantes, Pablo Vicente, "si no hubiera sido por la sangre, habrían muerto", pero afortunadamente, ahora madre e hija se recuperan satisfactoriamente en la unidad de maternidad. Vicente ha puesto este caso como ejemplo de que donar sangre realmente salva vidas y ha querido agradecer su aportación a quienes "donaron esos ceros negativos que han colaborado a que una enferma en la flor de su vida se esté recuperando".

Aunque la mujer ha preferido guardar el anonimato, sí ha transmitido también su agradecimiento a esos donantes. Pablo Vicente tampoco olvida a los que aún no han donado, a quienes recuerda que el primer martes de cada mes se realizan extracciones en el ayuntamiento. "Así disfrutarán como los que han salvado a esta enferma".