Una procuradora presentó ayer tarde en el juzgado de guardia la denuncia de la soldado Dolores Quiñoa contra el teniente de Infantería de Marina Iván Moriano Moreno a quien acusa de los delitos de violación, coacciones y amenazas por los hechos ocurridos en mayo del 2000, mientras el oficial ejercía de instructor de los aspirantes a ingresar en la Guardia Real en unas maniobras en Piornal.

La propia Quiñoa lo anunció ayer en Madrid junto a su abogado, quien indicó a Efe que la mujer podrá presentarse como acusación particular después de que la fiscalía militar haya remitido el caso a la jurisdicción ordinaria.

La soldado, que se encuentra de baja por depresión, manifestó tener más confianza en la justicia ordinaria porque desde que denunció hace dos años los hechos a la justicia militar se ha sentido "indefensa". En la actualidad está adscrita al cuartel general de la Armada sin destino y pendiente de que un tribunal médico resuelva sobre sus condiciones psico-físicas.

´QUE SIRVA DE EJEMPLO´

Ayer dijo esperar que su denuncia "sirva de ejemplo para que cambien muchas cosas" y recalcó que sólo volvería a las Fuerzas Armadas "si cambian el 80 por ciento de las cosas". Así animó a denunciar a cuantas mujeres hayan pasado por una situación similar advirtiendo que seguirá adelante "caiga quien caiga", en alusión a la decena de llamadas que dijo haber recibido el abogado en los últimos quince días de militares y miembros de la Guardia Civil que habrían vivido experiencias similares.

La soldado insistió en que "no se pueden permitir humillaciones y vejaciones en ningún sitio". De la defensa sólo desvelaron que se basarán en el testimonio de los propios compañeros de Quinoa cuando sucedieron los hechos así como en el antecedente que supone que el teniente tenía pendiente una denuncia según la cual habría forzado a otra militar a que se quitase el bañador en unas instalaciones adjuntas a la Agrupación de Infantería de Marina de Madrid en Arturo Soria.

Esta es precisamente la causa por la que ingresó la semana pasada en la prisión militar de Alcalá de Henares, mientras la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo le ha condenado a cinco meses por el delito de abuso de autoridad y trato degradante a un inferior en la persona de Quinoa.