El maltrato y los abusos a mayores son una realidad que se repite cada vez con más frecuencia aunque se conoce poco públicamente. Porque solamente se denuncia el 10% de los casos, ya que la mayoría se producen en el ámbito familiar. Hijos, nueras o nietos suelen ser los maltratadores más frecuentes, según advierten los expertos.

En la ciudad, la policía local ha detectado algún caso, pero el seguimiento lo hace la Policía Nacional. "Hay muchos más casos de los que nos pueda parecer, pero los mayores sienten vergüenza y temor. Vergüenza de que la gente se entere de que su propio hijo le maltrata y temor a que la situación empeore después", explicó Enrique Cenalmor, intendente de la policía.

CENTROS PRIVADOS El maltrato y los abusos a personas mayores es más alto y se repite con más frecuencia en las residencias y centros privados que en los centros públicos en los que suelen residir personas mayores.

A estas y a otras conclusiones se llegó el pasado viernes en el XXII Seminario sobre Malos Tratos y Abusos a Personas Mayores, organizado por la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), que tuvo lugar en el Centro Universitario. Entre otras actividades, se llevaron a cabo ponencias sobre sensibilización, consecuencias y prevención del maltrato; el trabajo social frente a estas situaciones; una aproximación antropológica a los malos tratos en mayores y estos como víctimas y una mesa redonda sobre la coordinación institucional a la hora de intervenir frente a los malos tratos en mayores.

Por su parte, la policía local lleva tres años impartiendo un curso sobre malos tratos y abusos a mayores con el fin de prevenir esta situación.

Este curso se imparte en asociaciones de vecinos y en los centros de mayores con el fin de que las posibles víctimas se reflejen en las situaciones de maltrato que los agentes cuentan. "Hasta nosotros llegó el caso de un señor al que obligaban a salir de su casa a una hora y a volver a otra determinada, aunque él no tuviera ganas de salir a la calle", indicó Cenalmor. La policía local, en colaboración con los servicios sociales, intenta proporcionar a los mayores herramientas para detectar estos casos.

Pero no solamente hay maltrato físico o psicológico, también lo hay si no se ayuda al mayor a la hora de tomar su medicación; si se descuida su aseo personal o si sus cuidadores le privan de sus bienes. Estos maltratos son delitos que se persiguen de oficio y una vez puesta la denuncia no se puede retirar.