Pero cómo voy a pagar la multa si yo ya estoy poniendo las soluciones que me han pedido y encima me entero por la prensa". Así se expresaba ayer, visiblemente indignado, el propietario de la discoteca Moma, multada con 7.500 euros por exceso de ruido, tras lo cual anunció que recurrirá, incluso a los tribunales, si el consistorio no lo reconsidera. "Que me multen si yo no tomo las medidas --insistió Felipe Doncel-- pero esto es un atropello y lo que pasa es que me ha tocado ser el cabeza de turco".

Doncel, que precisamente es el representante del sector de la hostelería en la federación de empresarios, avanzó que se reunirá esta mañana con el concejal de Interior, Francisco Martín. El empresario se queja de que el ayuntamiento le haya impuesto la multa antes de que cumpla el plazo para adoptar las medidas técnicas necesarias, por lo que sostiene que el expediente no está resuelto. "Yo me he gastado un dineral en preparar la sala para que no moleste a los vecinos, que cualquiera --dijo-- puede comprobar que fuera no se oye ningún ruido. Otra cosa es que se haya descompensado el limitador de ruidos, pero ya están avisados los técnicos para arreglarlo y tengo de plazo hasta el día 6 de junio", precisó.

Doncel incluso puso en duda la validez de la medición encargada a una empresa especializada por el ayuntamiento, que es la que le ha servido de base para multarlo. "Encima 7.500 euros, que es un verdadero atraco --llegó a decir-- si tienen que multar, que sea algo asumible porque esto es un atropello".