POR RAQUEL RODRIGUEZ

El 18 de junio del 2013 habría sus puertas Cafetería Supremo. Situada en un edificio singular de la avenida de Portugal, junto a los juzgados y la piscina bioclimática, con unas vistas inmejorables y de la mano de dos profesionales de la hostelería y la cocina, Ignacio González y Jesús Leranca, Nacho y Eddie, como les conocen.

Son amigos, gerentes y copropietarios del establecimiento y tenían una idea muy clara que han convertido en lema: dar bien de comer y de beber, a un precio asequible . Y lo aplican a una oferta gastronómica amplísima porque también buscaban "abrir un espacio que aglutinara todo", desde el desayuno a la media mañana, comida, merienda, cena...

Y a todo ello le ponen su experiencia porque no son nuevos en el sector. Juntos han gestionado el Pub Rico y el Café-Bar Epoca y Nacho estudió cocina en la escuela de Luis Irízar y ha trabajado con chefs de la talla de Arzak y Subijana, hasta que en el año 2000 se hizo cargo de la cocina del restaurante La Catedral. Ahora es además jefe de cocina en Supremo y la cabeza visible del establecimiento, mientras que Eddie es el administrador y lo compagina con su trabajo de comercial.

Forman un tándem con las ideas claras y tan bien avenido que juntos diseñaron al completo el local --hasta la iluminación-- de 200 metros cuadrados, al que se suma una terraza de 300 metros, con 20 mesas y cuatro de chill out que ha triunfado en verano. Además, el exterior está tan bien cuidado como el interior porque tiene suelo de césped y parque infantil y prestan mucha atención a la iluminación y la música. Otra ventaja es la facilidad de aparcamiento.

La capacidad del interior es de casi 100 personas y para atenderles hay una plantilla de 8, incluidos Nacho y Eddie, que ofrecen un trato muy cuidado. "En la selección de personal nos fijamos mucho en tener gente con educación y ganas y que esté pendiente del cliente. Por ejemplo, si no tenemos alguna bebida, se la traemos".

¿Y qué ofrecen? Para desayunar --desde las ocho de la mañana-- cuenta con una variedad de diez cafés, además de pinchos y bollería y churros. A media mañana, salen las tapas, con una variedad de una docena que van cambiando. Las que más gustan son el pincho de patatera con almendras y miel; el bocatín de chipirón gratinado con ali oli; gratén de pollo con pasas y bacon, el rulo de cabra y otras. Los clientes no encontrarán callos, morros y similares porque ofrecen una comida sana. "No usamos freidora, ni plancha, todo es asado".

Como ejemplo de esta comida sana está su carta de ensaladas, hasta una docena. Además, cuentan con sandwiches batidos, similares a los de la franquicia Rodilla; platos especiales para niños; raciones; bocadillos y hamburguesas gourmet. Precisamente acaban de estrenar la hamburguesa Etiqueta negra , con carne de buey y pan gourmet. ¿El plato estrella? "La costilla de codillo y, en verano, el buey a la piedra".

Ya por la tarde, destacan su variedad de tartas para acompañar al café y por la noche, desde las ocho se puede cenar. También prestan especial atención a la bebida y cuentan con una veintena de cervezas y coctelería, con mojitos, caipiriñas, piña colada, San Francisco. "Todo natural y de la región porque intentamos contar con proveedores de la tierra".

Además, y como actividad paralela, celebran los Jueves Temáticos , dedicados a un producto o a la cocina internacional; hacen catas de vino y cervezas; acogen todo tipo de celebraciones; celebran fiestas (la próxima, Halloween) y colaboran con la Asociación Española Contra el Cáncer, la UPP y un moto club. ¿Su propósito? "Seguir trabajando y ofreciendo cosas nuevas al cliente".