Vivo en Barcelona y voto a Esquerra Republicana. Lo confieso, si así se quedan conformes cuantos en el PSOE local atribuyen mis críticas a la gestión socialista a que soy del PP, como en su día el ínclito José Luis Díaz me llamaba ´la socialista esta´ cuando la que cuestionaba era la suya. Claro que hubiera sido más cómodo estarme calladita, por ejemplo, cuando presentaron en el mitin de Cáceres a Elia Blanco como la candidata de Plasencia. Qué es un mero procedimiento formal, dice el presidente provincial. Pues todo, querido Juan Ramón Ferreira, si los partidos quieren ser democráticos o sólo parecerlo porque Plasencia todavía no tiene proclamado candidato. Las cosas como son y no como algunos quieren hacer creer autoritariamente para acabar presentando en la mismísima Plasencia pocos días después a la alcaldesa como lo que hoy por hoy es, candidata a candidata.

Así sorprende el ´talante F.V.´ cuando el candidato a la Junta reivindica otros modos en política y que los ciudadanos empecemos a percibir que les importarmos más que sus propios intereses. A mí este candidato me tiene embelesada, pero no sólo por ese discurso y por su cara de buena persona. Me da buena espina que todo un consejero de Sanidad espere su turno en las Urgencias del hospital placentino como todo hijo de vecino o que su consejería esté apoyando a Fabio, el niño discapacitado al que le niegan un trasplante de riñón. A ver si enseña a sus compañeros, aunque sea, a que cuando se dice pavimentar los caminos de La Isla, se dice justamente eso y que es de sabios rectificar. Más vale que mejoren su iluminación, que da miedo.