Desde su creación el C. Unesco de Plasencia y N. de Extremadura ha conseguido implantar en solitario el ente cultural de Naciones Unidas en nuestra tierra. Son varios los programas, los congresos y las actividades desarrolladas. También muchas las ideas que del centro han salido siendo algunas después, con más bien poca fortuna, intentadas realizar con otra dirección (Yuste 2008). Pero hay una actividad, las exposiciones, que satisface especialmente a las personas que componen la organización de la Unesco. La relevancia de las mismas, su contenido y valor, hace que se las tenga que tratar de exclusivas; y que, además, pueda considerarse que con los escasos medios de que se dispone, han sido muestras que compiten con las mejores que puedan hacerse en la región. Fue la primera: Carolvs Rex Imperator , monotemática del I de los Carlos de España (3.000 escolares e infinidad de público la disfrutaron). La segunda, diferente en contenido y muy didáctica, fue la de La Tierra , vista en Plasencia después de Madrid (pasaron más de 7.000 personas entre estudiantes y visitantes). La tercera, ahora en marcha, de códices y facsímiles: La iluminación de la escritura en la Edad Media , hoy visitable en el Hotel Alfonso VIII de la ciudad. Una exposición organizada por la Fundación instituto Campomanes de Estudios Medievales, Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén, Ateneo y C. Unesco. Participa la diputación, Cáceres 2016 y la Consejería de Cultura. Su patrocinador es la Caja de Extremadura. En la muestra se pueden contemplar reproducciones que huelen hasta igual que las originales. Hay singularidades Templarias, como el proceso contra ellos del siglo XIV rescatado de los archivos Vaticanos; libros de horas en oro y preciados códices de especiales estampas en plata. También por curiosa se exhibe la espada con la que actualmente se cruza a los novicios de la legendaria orden de monjes-soldados. Nuevamente una colección se ve en Plasencia como primicia después de haber estado solo en Salamanca. Queremos que se pueda admirar en otros lugares y de aquí partiría hacia Cáceres, y si es posible a Badajoz.

Una vez más el esfuerzo de unos pocos entusiastas hace que podamos disfrutar de exposiciones que tan solo se contemplan en grandes ciudades. Una vez más ese entusiasmo ha formado al personal local para que asistan como guías. Una vez más, la entusiasta entrega de una minoría, a la que nada atienden sus autoridades cercanas, y con la que sin sentido nunca cuentan, es capaz de servir a sus paisanos en un orden al que los gestores políticos son incapaces de arribar: la colaboración entre entidades de la sociedad civil española, forma usada para atraer eventos que de otro modo no llegarían a placentinos y extremeños.

*Presidente del C. Unescode Plasencia y N. de Extremadura.