En 3.000 euros mensuales cifra la adjudicataria de los autobuses urbanos las pérdidas de la tercera línea ante las quejas vecinales en doble sentido. Primero porque la longitud de su itinerario espanta a los usuarios y, aún así, porque ha dejado de pasar por el Pilar y por Higuerillas sin previo aviso. La cooperativa concesionaria asegura que por consenso con el ayuntamiento mientras el concejal de Tráfico, Francisco Martín, precisa que no hubo tal acuerdo, sino propuestas encima de la mesa.

La asociación de vecinos del Pilar se ha mostrado muy molesta por las formas. Su presidente, Juan Pablo Castiñeira, se queja de que se ha ignorado a los usuarios y cuestiona el argumento de que no es rentable. "Habrá que verlo y por qué, pero los contratos municipales están para cumplirlos o cambiarlos, oyendo a todas las partes". Lo que el ayuntamiento, la empresa y los vecinos no ponen ya en duda es la necesidad de revisar el trayecto y con esa intención acudirá la federación de asociaciones de vecinos a la reunión a la que han sido citada por el concejal delegado el martes próximo.

PLAN DEL TRAFICO Aunque la intención con la que el edil ha convocado la cita es bien otra, fomentar el uso del transporte público. Difícil tarea, advierte el presidente de Fepave, Jaime Collado, que asegura que hay usuarios que llegan a esperar tres cuartos de hora en la parada. Por eso los representantes vecinales no solo llevan en cartera la línea 3, sino la queja unánime por la impuntualidad del servicio.

El estado del tráfico es la explicación de los conductores. Ante lo cual los representantes vecinales protestan también por la lentitud del anunciado plan del tráfico. Así las cosas, el servicio del autobús urbano no ha logrado atraer a más 40.000 viajeros al mes. Son las cifras oficiales y curiosamente las mismas que tres años antes cuando todavía no había entrado en servicio la línea 3. Por cierto con un trayecto consensuado con los vecinos y a la vez de la renovación de la flota con una inversión municipal de 1.200.000 euros.