La plaza Mayor parece un párking al completo de tres a cinco de la tarde, cuando los pivotes de la Puerta Talavera y de la calle del Rey se retiran para facilitar la carga y descarga, porque no sólo entran los vehículos de reparto, sino que se cuelan numerosos turismos que permanecen aparcados hasta que la policía local los multa o invita a sus conductores a desalojar este recinto prohibido al tráfico.

Esto último es lo que pasó el lunes, según explicó la concejala de Tráfico, Josefa Pérez, ante el desconcierto de los turistas que preguntaban a los taxistas cómo habían llegado todos esos coches a la plaza si ellos habían visto y respetado las señales de prohibido en todos los accesos.

De hecho, la edil subrayó ayer que esos coches no eran de turistas, pero advirtió de que "no se puso ni una sola multa, sino que los policías les pidieron que se marcharan y se marcharon. De hecho a las tres yo también vi que la plaza estaba llena, pero a las cinco no quedó un coche".

MULTA SI, MULTA NO Sin embargo, la incertidumbre se apodera de los conductores, que no saben de qué depende entonces que uno se encuentre una multa o no partiendo de la base de que prohibido está. En su descargo, los policías locales consultados mostraron su desánimo porque no ven una voluntad política firme sobre esta situación, dicen recibir órdenes contradictorias de sus superiores en alusión al conflicto existente entre la concejala y el inspector jefe y que "las multas que ponemos, luego las quitan".

La situación no por vieja deja de ser tema constante en Plasencia y sobre todo entre los conductores que sí han sido multados mientras especialmente los hosteleros, comerciantes y vecinos del centro exigen medidas claras y firmes.