Eliminar la prohibición de aparcar o hacerla cumplir definitivamente. Esa es la cuestión que va a afrontar el nuevo concejal de Tráfico y Policía Local, Blas Raimundo, para terminar con la incertidumbre de si se multa o no porque hoy por hoy está prohibido y, sin embargo, los fines de semana y por las noches la plaza está abarrotada de coches.

"Yo no tengo una idea preconcebida, pero o se deja aparcar o si es que no, pues no aparca nadie", dijo Raimundo, quien va a coger el toro por los cuernos y anunció que antes de Navidad habrá reunido a la comisión municipal de Tráfico para hacer partícipe a los grupos de la oposición de la decisión que se tome y mostró también su disposición a someterlo a una consulta pública para intentar llegar a un consenso sobre este asunto.

ANTECEDENTES Fue precisamente el último gobierno del PSOE con Cándido Cabrera el que prohibió el estacionamiento en la plaza, pero el PP con José Luis Díaz levantó la mano sin retirar las señales de prohibido con lo que el conductor que aparca se expone a que le multen o no en función de criterios nunca aclarados. La misma política que siguió la antecesora de Raimundo en el cargo porque Josefa Pérez Camisón --hoy concejala no adscrita en la oposición cuyo voto es decisivo en el pleno-- aplazó una decisión hasta disponer del plan de reordenación del tráfico que no llega. De hecho a un mes de terminar el año sigue siendo una incógnita si el nuevo presupuesto municipal lo contemplará al fin.