La UNED, en Plasencia, inició su andadura en el curso académico 1995/1996 en el C.P. Ramón y Cajal y no es hasta el año 2000 cuando se convierte en Centro Asociado, lo que conlleva la impartición y la posibilidad de estudiar la totalidad de las enseñanzas ofertadas a nivel nacional.

La sede de Plasencia ha mantenido una continua evolución en positivo, posible, gracias al incondicional apoyo de las instituciones que componen el Consorcio que la conforman: Ayuntamiento de Plasencia (que aporta anualmente más de cien mil euros al desarrollo de la UNED), Diputación Provincial de Cáceres y la propia Universidad Nacional de Educación a Distancia. Y aunque, actualmente, el centro cuenta con otras extensiones en Coria, Navalmoral de la Mata y Trujillo, además del aula de Cáceres, estas poblaciones no aportan nada a cambio, económicamente hablando.

Es una oportunidad al alcance de todos y un facilitador añadido al exigente ritmo de vida que nos oprime a diario. Mucho más costosa a todos los niveles que la universidad presencial, dadas las dificultades en conciliar vidas personal, laboral y académica, que algunas asignaturas no disponen de tutorías presenciales, que todo es telemático o casi, la comunicación no es tan fluida como sería de desear y el sistema no se parece en nada al que utilizaste cuando estudiabas y dejaste atrás hace demasiado.

Lo peor está siendo la implementación del dichoso Plan Bolonia en las distintas carreras, algunas aún extinguiéndose. Ardua tarea y varapalo para los de siempre: los alumnos, quienes hemos llegado a dudar de si se nos facilitaban las cosas o, más bien, todo lo contrario.

Grados, Másteres, Doctorados, cursos, idiomas y formación continua completan su oferta, recientemente ampliada por el Grado en Criminología, dependiente de la Facultad de Derecho, muy demandado y deseado desde hace bastantes años.

La experiencia desde que pones un pie en sus instalaciones, con su ying y yang como cada vivencia, es enriquecedora en general, sobre todo por la cantidad y variedad de personas que conoces, que al fin y al cabo, es lo que suma o resta calidad a algo, la humanidad o su ausencia, de las personas que lo hacen posible. Compañeros y tutores contribuyen a forjar y construir quienes hoy somos y nunca es tarde para ser y aprender.