El ayuntamiento ha encargado un nuevo proyecto de compensación en Ciudad Jardín que, si el tribunal lo admite, eximirá a los particulares de la paralización de licencias de obra y someterá a los promotores a otro reparto de parcelas. Esta es la medida que ha adoptado el ayuntamiento en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Supremo que, en el 2006, declaró nulo el anterior reparto llevado a cabo por decreto de la alcaldía con José Luis Díaz previa denuncia de la empresa Coto y Data, que se consideró perjudicada.

El nuevo proyecto, encargado a un urbanista, estará listo después de la feria y se dará a conocer a las constructoras en litigio mientras el ayuntamiento tratará de inscribirlo en el Registro de la Propiedad. Lo admita o no, el expediente acabará en el tribunal, del que depende su aprobación final. Estos son los pasos, según explicaron ayer a los afectados la alcaldesa Elia Blanco, y Victoria Domínguez, la concejala de Urbanismo.

"RAZON MORAL" Los particulares habían solicitado esta cita para pedir al ayuntamiento que reconsiderara la paralización de sus licencias de obra. "Pero tendremos que seguir esperando --indicó ayer su representante, Miguel Angel Rodilla-- porque aunque nos han dado la razón moral, nos han dicho que tienen las manos atadas por la sentencia". La concejala explicó que los informes jurídicos municipales recomendaron paralizar todas las licencias al haberse anulado el reparto de parcelas como medida cautelar. "Lo que yo creo que han entendido", subrayó.

"Entendemos que están atados --añadió Rodilla-- y vamos a esperar a ver si el nuevo proyecto de compensación resuelve nuestro problema, pero si no es así nos reservamos el derecho a acudir también a los tribunales porque nos parece injusto". Llevan más de año y medio esperando la licencia de obra para construir sus viviendas en unos terrenos que, en la práctica, no son más que viales al haberse anulado el reparto de parcelas. Ayer estuvieron acompañados por Juan Benito, el presidente de la asociación de vecinos que les ha brindado su apoyo. Mientras no puedan seguir edificándose las viviendas, el descampado de la urbanización seguirá acumulando basuras, ruidos y hasta robos de cables últimamente.