Cuatro años han tenido que esperar las cien familias del edificio construido por Coto y Data en la avenida Donantes de Sangre para ver iniciado el ajardinamiento de los alrededores que compraron como zonas verdes cuando lo único que les ha rodeado todo este tiempo son malezas y basuras. La constructora valló la zona antes de Navidad y ya ha empezado la explanación del terreno, pero no será hasta la semana que viene cuando se retomen las obra.

Pero, ni mucho menos, los vecinos lo han recibido como un regalo de Reyes y no solo por el retraso, sino porque temen, a la vista del movimiento de tierra ejecutado, que los pisos bajos "se queden enterrados porque están quedando las ventanas por debajo del nivel de obra", según indicó ayer su portavoz, Apolinar Herrero. Mientras la concejala de Urbanismo, Mónica García, advirtió de que la obra no ha hecho más que empezar y destacó que los vecinos, a los que citó para informarles de primera mano y mostrarles los planos, se mostraron muy satisfechos. Aunque ayer, su portavoz manifestó sus dudas de que lo hecho se corresponda con los planos y --dijo-- "me temo que van a hacer una chapuza".

SUPERVISION MUNICIPAL Mientras la edil insistió en pedir tranquilidad. "Estoy segura --resaltó-- de que el desnivel se ha tenido en cuenta y, de todos modos, que tengan la tranquilidad de que el ayuntamiento va a supervisar las obras"., añadió. Mónica García prefirió destacar que el equipo de gobierno ha logrado que la constructora acometa el ajardinamiento proyectado "a base de requerimientos y finalmente diálogo porque no hemos tenido que hacerlo nosotros y pasarles la factura a ellos".

El problema al que se han tenido que enfrentar estos vecinos ha venido siendo más habitual de lo imaginable en Plasencia porque el ayuntamiento recepcionaba las urbanizaciones sin que las constructoras realizaran las zonas verdes que, sin embargo, aparecen en las escrituras de los pisos. Pero éstos no se conformaron y hace dos años colgaron pancartas reivindicativas de sus ventanas y, desde entonces, no han dejado de pedir una solución en el consistorio. De hecho las siete comunidades de vecinos afectadas empezaron a hacer las reclamaciones durante la legislatura pasada sin que hayan sido tenidas en cuenta hasta ahora por la intervención del gobierno municipal del PSOE.