La misma oficina del Area de Rehabilitación Integral (ARI) que ya hace un año avisó del riesgo de colapso en los arcos doce y trece del acueducto volvió a urgir ayer su desmonte para reconstruirlos previo estudio geomorfológico, que dé la clave para prevenir más desviaciones aparecidas en este monumento del siglo XVI.

Este fue el mensaje que lanzó José Antonio Estévez, anterior arqueólogo de la citada oficina dependiente de la consejería de Cultura, en el simposio sobre el monumento que se pretende que sea una base científica para su rehabilitación, en palabras del director del ARI, el arquitecto Roberto Rubiolo.

Hay 120.000 euros en los presupuestos municipales procedentes de fondos europeos para la reforma que le parecen más bien escasos al arqueólogo, que recomendó actuar de urgencia sobre los arcos que amenazan ruina. "Hay que desmontar o demoler controladamente a mano los arcos próximos al colapso y reconstruirlos con los parámetros modernos de restauración".

Pero advirtió de que antes hay que saber con certeza por qué se han desplazado del centro de gravedad, aunque el ARI maneja la hipótesis de que se debe a los rellenos en el terreno, la humedad provocada por el riego y los defectos desde su fabricación.