Mientras la piscina de San Miguel no ha pasado de promesa electoral desde hace ya trece años y la climatizada sigue creando polémica, la oposición ha lanzado esta semana como alternativa el acondicionamiento de la de los pabellones militares, de propiedad municipal desde el 2004. Lo ha propuesto el concejal Isidro Rodríguez, consciente de las mejoras imprescindibles para ello, pero con el argumento de que ha estado en uso hasta hace poco tiempo.

Sin embargo, el equipo de gobierno aún no ha decidido qué uso dar a los antiguos pabellones militares y, mientras tanto, su deterioro salta a la vista. De su intención solo se conoce la promesa electoral para la legislatura pasada de destinarlos a apartamentos de universitarios por su proximidad a la universidad. Nada más se ha sabido y da la callada por respuesta cada vez que se pregunta por el destino de un inmueble que es propiedad del ayuntamiento desde hace ya cuatro años.

Es la primera vez que la oposición hace alguna propuesta sobre su uso, pero el propio centro universitario y los vecinos de Miralvalle ya lo hicieron hace, al menos, un año. La universidad incluso por escrito para ampliar sus servicios y la asociación vecinal para hacer esto compatible con un centro de ocio para mayores en los bajos.

SIN EXPLICACION OFICIAL Ahora el PP aboga por sacar partido a la piscina de los militares para ampliar la oferta deportiva y de ocio en una zona tan céntrica. Pero no solo en verano, sino todo el año con una estructura que lo haga posible. "Si hay particulares que lo han pedido hacer, creemos que el ayuntamiento también podría y sería una alternativa real" indicó el concejal.

La opinión del equipo de gobierno es un misterio porque la consigna del PSOE es no contestar a preguntas que no se ajusten al guión de las ruedas de prensa, cuando las hay. Algunos concejales se la saltan, pero no así el delegado de Deportes, Enrique Tornero, que se ha negado incluso a dar explicación alguna sobre la piscina cubierta que lleva su nombre hasta el día que se reabra. En plena polémica sobre si la seguridad está garantizada con las obras realizadas, la oposición ha planteado públicamente sus dudas y ha ofrecido como alternativa el acondicionamiento de la piscina de los militares.

Los pabellones militares volvieron a manos municipales en el 2004 una vez que el Tribunal Supremo puso fin al contencioso que duraba desde 1994 entre el ayuntamiento y el Ministerio de Defensa. Los terrenos habían sido cedidos gratuitamente al ministerio para la construcción de alojamientos militares, pero desaparecida de Plasencia la última guarnición, el ayuntamiento solicitó su reversión. Queda el escollo del edificio aún habitado por familias de militares, a lo que fuentes municipales atribuyen el retraso en tomar una determinación sobre el uso de las instalaciones al completo.

Mientras tanto, crece la maleza y el deterioro de los pabellones así como los pretendientes de un inmueble en el mismo corazón de la ciudad cuyo futuro sigue siendo una incógnita.