Sólo un día antes lo había limpiado el ayuntamiento, pero el sábado tuvo que volver a vaciar el canal de baños de La Isla para retirar los cristales de las litronas que la noche anterior habían arrojado al agua grupos de botelloneros , por lo que la concejal delegada, Carmen Blázquez, llamó ayer a la conciencia de estos jóvenes. "Les pido que se conciencien y piensen que se los puede clavar cualquiera y luego vienen las lamentaciones".

Los socorristas habían advertido la presencia de los cristales y la edil tomó la decisión de vaciarlo el sábado por la tarde por precaución ante el malestar de los bañistas, que no entendían el empeño del ayuntamiento por volver a limpiar el canal un día después.

GRACIAS A LOS SOCORRISTAS

La concejal reconoció su sorpresa porque el parque de La Isla acoja botelloneros por la noche y advirtió de que habrá que zanjar esa situación porque la nueva Ley de Convivencia y Ocio de la Junta prohíbe beber fuera de los recintos autorizados por los ayuntamientos y en este caso se reduce al ferial del Berrocal. "Sé que a los usuarios no les hizo ninguna gracia que vaciáramos otra vez el sábado, pero prefiero eso a que nadie pueda sufrir un daño por pequeño que sea".

La tarde se complicó luego en cuanto volvió a llenarse el canal porque una niña de apenas cuatro años estuvo a punto de morir ahogada por descuido de los padres, que la habían dejado ir a bañarse a cargo de una hermana de sólo catorce años que no se percató de que la pequeña se había lanzado al agua. La intervención de los dos socorristas fue decisiva para salvar a la niña aunque ayer permanecía en observación en el hospital a donde Blázquez y el concejal de Juventud y Deportes, Enrique Tornero, acudieron enseguida para interesarse por su salud en un gesto de sensibilidad.