El actual centro de menores de Valcorchero, que gestiona la Junta de Extremadura, se va a transformar en un centro de tratamiento de trastorno de conductas en niños y adolescentes, asociadas o no a trastorno mental. Se trata de un proyecto conjunto entre el Servicio Extremeño de Salud y la Dirección General de Políticas Sociales, que «trata de dar respuesta a las necesidades de los menores de nuestra comunidad», en palabras de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales.

El centro pretende iniciar su actividad a lo largo del 2019, peroero antes requiere de la intervención integral del espacio, que ha de transformarse de un espacio residencial a un espacio terapéutico. Para ello se ejecutará una inversión aproximada de 6 millones de euros en la renovación y adecuación de las infraestructuras existentes. Además se establece un periodo de funcionamiento piloto, «necesario por las características innovadoras del centro», de tres años. En este tiempo de inicio de la actividad, contará con 20 plazas y, superado este plazo, pasarán a 30 plazas, incluso «aún podría ampliarse este número en el futuro, con otros modelos de intervención, para los que ya se van a diseñar y adecuar otros espacios». En estos momentos se está redactando el plan director.

formación de profesionales / Según ha destacado la consejería, el centro funcionará como público y será de gestión directa. Además, será «único de estas características a nivel nacional, por lo que pretende y tiene vocación de ser un referente, no sólo en la intervención, sino también en la formación de profesionales en el abordaje de los trastornos de conducta en la infancia y la adolescencia».

En cuanto al funcionamiento específico en cada caso, cuando el trastorno de conducta del niño o adolescente esté asociado a una patología mental de base, el centro contará con un espacio específico y estanco para el abordaje y tratamiento del trastorno, pero «desde un enfoque no exclusivamente clínico, sino también psicosocioeducativo», apunta la consejería.

En el caso del tratamiento de menores y/o jóvenes con graves trastornos de conducta, no asociados a patologías de base, el centro contará con un espacio específico donde el abordaje, sin descartar la supervisión clínica, «será esencialmente psicosocioeducativo». Es decir, que la intervención irá destinada a la intervención educativa, sociofamiliar y psicoterapéutica.