Viven en una calle pública pero el alumbrado no lo paga el ayuntamiento sino los vecinos. Tanto es así que si el centenar de familias de la calle Cáparra, en el Pilar, decidieran apagar las farolas de sus bloques, la calle se quedaría a oscuras. La asociación vecinal, que preside Juan Pablo Castiñeira, ha calificado esta situación de "inconcebible" y ha pedido al alcalde a través de un escrito, con el respaldo de las firmas vecinales, iluminación pública en toda la calle.

Pero éste no es el único problema que sufre la zona, ubicada entre la avenida Virgen del Puerto y el instituto Valle del Jerte, ya que la asociación ha denunciado también la obra de un acerado tan estrecho que apenas pueden caminar dos personas a la vez y además termina en la mitad de la calle, por lo que reclama que se estreche el doble o triple y continúe hasta el final de la vía.

El presidente vecinal ha criticado además que la calle figura en el Plan General de Ordenación Urbana como zona verde o de tránsito y, sin embargo, la obra no se ajusta a ese uso.

BASURAS DE CAMINO AL IES

Pero no sólo las familias se ven afectadas por el estado de la zona, también los estudiantes que acuden diariamente al instituto Valle del Jerte porque, según la asociación de vecinos, existe un desnivel junto al centro que es un foco de "basuras, desperdicios y ratas". Para poner fin a este abandono, los vecinos han reclamado también la limpieza del terreno y la eliminación del desnivel, además de la colocación de bancos y la plantación de árboles.

A estas peticiones han unido la mejora y creación de una zona de ocio e infantil en una explanada que da a la calle Rodrigo Alemán y adecentar la zona que une Cáparra con Juan Bautista de Toledo con acceso, paso peatonal, limpieza y mantenimiento.

Los vecinos justifican estas demandas apelando al PGOU y exigen a Díaz que las ponga en marcha con cargo a la partida de 120.000 euros destinada a la urbanización del barrio, que recogen los presupuestos de este año.