Un ciudadano frustró ayer un hurto a la carrera y por un golpe de suerte. Primero porque nada más ver cómo quitaban una cartera de un coche no se lo pensó dos veces y salió corriendo tras el ladrón hasta que éste se la tiró en plena huida. Así es que se la devolvió a su dueña, que comprobó que le había dado tiempo a sacar el dinero, pero cuando iban juntos a poner la denuncia en comisaría fue a toparse con el delincuente al que atrapó y entregó a la policía.

"Este hombre ha robado la cartera a esta mujer", le espetó al agente de denuncias, y pese a que lo negó, le fueron intervenidos los noventa euros que le faltaban a la víctima de la cartera. Hoy ha sido señalado el juicio por faltas contra el autor, que tiene numerosos antecedentes por delitos contra el patrimonio, según confirmaron fuentes de la investigación.

Lo que no podía esperar es que un intrépido ciudadano que iba a trabajar a primera hora de la mañana iba a frustrarle un hurto que creía de lo más sencillo porque la mujer, una funcionaria del juzgado, no había cerrado el coche mientras iba a sacar el tique de la zona azul en la plaza del obispado. De lo que se percató el delincuente, que abrió con toda tranquilidad la puerta y se llevó lo primero que pilló. Pero al protagonista de la historia le pareció sospechoso por el aspecto desaliñado del joven e inició una atropellada persecución nada más asegurarse por la víctima de que, en efecto, le acababa de robar.

LA CASUALIDAD Corrió tras él hasta las escaleras de la catedral que bajan a Calvo Sotelo, donde se detuvo, asfixiado, cuando le tiró la cartera. "Ahí creí que había acabado todo, pero cuando salía de la plaza de Ansano junto con la mujer camino de la comisaría me lo encontré, lo paré y antes de que le dijera nada él me dijo que no había hecho nada así es que le cogí del brazo y entramos juntos", relata el ciudadano. Surrealista, pero tan real como la vida misma. Al parecer al ladrón se le ocurrió ir a comisaría a hacer una consulta, dicen que para tener una coartada por si le denunciaban porque fue más rápido que los denunciantes. O casi.