Guillermo González Espeso ha tenido que permanecer dos meses de baja y con una faja ortopédica porque al levantar un pivote para acceder a su domicilio, su peso le provocó un pinzamiento en una vértebra de la columna. No ha sido el único afectado de la familia ni tampoco del centro, ya que muchos vecinos se han quejado de las dificultades que tienen para levantar los pivotes por su peso, que alcanza unos 6 kilos y hasta 9 los que llevan una señal de tráfico, según calcula la policía. Pero si esto así, a las personas mayores les cuesta aún más y precisamente la mayor parte de los vecinos del centro son mayores.

El caso de Guillermo González ocurrió en la Nochebuena de hace un año, cuando regresaba a casa de hacer compras: "Me bajé del coche para quitar el pivote y con lo que pesan, al levantarlo me hice daño". Como consecuencia tuvo que llevar dos meses una faja desde el cuello a la cintura con varillas de hierro.

Su mujer incide en que "si a un hombre le cuesta levantarlos, una mujer no puede y una persona mayor no digamos". Por eso, dice que ya no puede llevar el coche a casa cuando viaja sola porque es incapaz de levantar el pivote, con lo que "la llave de residente no me sirve para nada". Ambos creen que existe un agravio comparativo con respecto a los vecinos de la periferia: "Pagamos más impuestos por vivir en el centro y ni siquiera podemos acceder a casa". Para solucionarlo, piden que se instalen cuanto antes los pivotes magnéticos.