Los vecinos de la calle Cartas han pasado a la acción y han pedido por escrito a la alcaldesa y con firmas que controle explícitamente a diez bares ubicados en las calles Cartas, Borrego, Toros y plaza Sosa. ¿La razón?: "Que de forma continuada venimos soportando el abuso por parte de los bares y pubs ubicados en estas calles" en cuanto al horario de cierre y nivel de ruidos.

En concreto, los residentes denuncian que la mayor parte de los establecimientos de estas calles "incumplen reiteradamente los horarios de cierre, superando holgadamente los legalmente establecidos", que, en verano, de lunes a jueves, es hasta las 5.00 horas para las discotecas y las 3.00 para los bares especiales, que se amplía media hora más de viernes a domingo y en vísperas de fiesta.

Además, los firmantes afirman que estos establecimientos "no respetan el nivel de decibelios establecido para los equipos de música, en el caso de los locales que disponen de permiso para su utilización".

CONTINUADO No es la primera vez que denuncian esta situación ante el ayuntamiento porque la sufren tanto en invierno como en verano y en esta época más aún al tener que dormir con las ventanas abiertas por el calor. Pero ahora, han dado un paso más y han pedido expresamente a la alcaldesa "que se compruebe si los establecimientos La Facultad, El Patio Chico, El Cafetín, La Buena Vida, El 5º Beatle, El Limbo, El Pecado, As de Copas, La Imprenta y El Portón tienen la correspondiente licencia de apertura, según la normativa vigente", señala el escrito.

Como paso siguiente a esta comprobación, reclaman además al ayuntamiento que sea firme con los que incumplan la ley: "Que se apliquen rigurosamente las medidas de control y, en su caso, las sanciones correspondientes establecidas en el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas de 30 de noviembre de 1961 y en la Ley de Convivencia y Ocio de Extremadura".

Los vecinos han tomado esta determinación porque dicen estar ya desesperados: "La situación se hace insostenible para los vecinos que residimos en esta zona de la ciudad, donde continuamente se vulnera nuestro derecho al descanso nocturno".

Tanto es así que son muchos los residentes que se han visto obligados a marcharse de la calle y vender sus viviendas o alquilarlas, aunque en este caso también se encuentran con reticencias de quienes buscan un piso en alquiler. Además, en tiempos de José Luis Díaz, los vecinos pidieron la declaración de zona saturada de ruidos, sin éxito.