Al ayuntamiento, pero también a la Fiscalía, piden los vecinos de la calle Cartas y aledaños que se realicen mediciones de los niveles de ruidos que sufren cada fin de semana como consecuencia de la presencia de locales de ocio nocturno.

Ya han pedido por escrito a la alcaldesa que el ayuntamiento declare a la calle Cartas y otras seis limítrofes como zona saturada de ruidos. Lo hicieron en el mes de diciembre, acompañado de una veintena de firmas y hoy volverán a llevar al registro municipal otras tantas para pedir esta declaración por "los graves problemas de ruidos, molestias y suciedad que siguen generando los locales nocturnos existentes en estas vías".

Un mes después de haber remitido el primer escrito, no han recibido respuesta pero están esperanzados ante la actuación que la Fiscalía está teniendo en la zona de La Madrila de Cáceres, que solicitó un informe de mediciones ante una denuncia vecinal y ahora ha remitido ese informe al ayuntamiento porque revela elevados niveles de ruidos.

Por eso, ahora solicitan también públicamente mediciones similares, tanto al ayuntamiento como a la fiscal que lleva los temas de medioambiente en el juzgado local y que, según la Fiscalía Provincial, se ha hecho cargo de las denuncias vecinales al respecto.

Porque no dudan de que en el entorno de sus viviendas y en el interior de algunas se superan los niveles de ruidos permitidos. "Porque hay vecinos que viven sobre locales y no pueden dormir los fines de semana y porque el ruido se genera también cuando abren las puertas para entrar o salir y, sobre todo, a la salida porque todas las personas que salen de los bares se quedan en la calle y siguen provocando ruido y no dejando dormir a los vecinos", señala un afectado.

Por eso, solicitan que se tomen medidas "cuanto antes, porque queremos dormir" y que la Fiscalía hable también con los vecinos porque advierten de que ya hay residentes con problemas de salud por este motivo, afectados con depresión y que llevan años con un tratamiento de pastillas; otros con insomnio u otros que toman medicamentos para poder dormir.

Esto sin contar con los que directamente han optado por insonorizar sus viviendas y con quienes prefieren tener que dejar sus casas los fines de semana y marcharse fuera de la ciudad para no tener que soportar los ruidos. "Esto es muy frecuente sobre todo en feria, por el Martes Mayor o en Nochevieja y no hay derecho a que tengamos que dejar nuestras viviendas porque no se controlan los ruidos", se queja otra vecina de la zona.