Una comunidad de vecinos instó ayer al concejal de Urbanismo, Juancho Alvarez, a que haga retirar las antenas de telefonía móvil que han proliferado en la azotea del edificio situado justo enfrente del colegio de La Salle, tal y como abogó el propio edil cuando estaba en la oposición durante la legislatura pasada y los vecinos entregaron al ayuntamiento cientos de firmas como protesta.

Alvarez desveló entonces que algunas de estas antenas ni siquiera estaban autorizadas y exigió su eliminación por encontrarse en situación de ilegalidad, si bien no llegó a pronunciarse sobre si las demás afectaban o no a la salud como temen los vecinos, alarmados de que tengan alguna incidencia sobre varios casos de cáncer producidos en su edificio.

Es algo sobre lo que ni los expertos se ponen de acuerdo mientras las empresas de telefonía aseguran que estos equipos no superan los niveles autorizados de emisiones y los ayuntamientos tienen competencias urbanísticas, pero no sanitarias. En Plasencia, la legislatura anterior se quedó en el aire una ordenanza municipal que trataba de regular su instalación desde el punto de vista urbanístico para evitar la saturación de equipos de telecomunicación en el centro urbano.