El vertedero de la carretera de Salamanca amenaza con contaminar el río Jerte si antes de que empiecen las lluvias no han sido controlados los focos del fuego que se reavivó el domingo y el lunes tras la docena de veces, al menos, que han tenido que salir los bomberos a sofocar las llamas convirtiéndose en el segundo punto caliente del verano después de Gabriel y Galán.

A este ritmo, los bomberos han advertido de que las lluvias podrían arrastrar basuras por la pendiente que va a dar a un arroyo sin que el ayuntamiento haya puesto medios suficientes para zanjar el origen del fuego y evitar el abandono de todo tipo de enseres prohibidos. Recientemente dotó de un guarda al recinto municipal, pero las llamas se han vuelto a originar por el descontrol de basura acumulada desde lavadoras a braseros.

DESCONTROLDe hecho, a principios de mes estuvo activo de jueves a domingo y los bomberos, que un día lo sofocaban y al siguiente reaparecía, pidieron al ayuntamiento que cubriera de tierra la zona para extinguir los focos que se esconden bajo los escombros, pero desde entonces el ayuntamiento no ha enviado excavadora alguna y este fin de semana se ha vuelto a avivar.

En ocasiones la humareda ha puesto además en peligro el tráfico por la carretera de Salamanca y si empiezan las lluvias puede causar un problema medioambiental de más difícil solución. Mientras los concejales de Medio Ambiente, Seguridad Ciudadana y Obras no se ponen de acuerdo sobre la mejor solución, los bomberos no pueden hacer más que sofocar las llamas en cada momento a sabiendas de que el fuego no está extinguido.

De hecho sólo en uno de esos cuatro días que se mantuvo activo, los bomberos del Sepei tuvieron que verter 12.000 litros de agua, pero al día siguiente el vertedero municipal volvió a tenerles atareados.