La implicación de Pablo Vicente con el barrio comenzó con la primera junta directiva de 1975. Contribuyó a lograr la guardería infantil, la estación de autobuses o una sede de la caja de ahorros. Ayer confesó que toda su labor posterior se fraguó en la sacristía de la iglesia: "El cura Felipe García me convenció de que tengo la obligación moral de participar en la vida pública".