Una vecina de la calle Cartas explicaba ayer, como ejemplo de la situación de los afectados, que "los fines de semana dormitas, pero de puro cansancio y poco más de una hora porque a partir de la una y media, los locales suben el volúmen de la música de una forma escandalosa".

Se queja además de que "es indecente como se pasan con los horarios. Yo misma he llamado a la policía a las cuatro de la madrugada de un jueves, a veces vienen, pero otras no y algún local parece que es intocable porque yo he salido de casa a las siete de la mañana y estaba abierto".

Por eso, se lamenta: "No hay derecho a que no pueda dormir" y lanza una invitación: "Invito a la alcaldesa y al concejal a que duerman una noche en mi casa y me expliquen si hay derecho a esto porque ya está bien. El vecindario está hasta el moño porque nos toman el pelo".

Critica además la actitud policial porque "no veo ningún control, en otras calles lo harán, pero aquí no y lo que tienen que hacer es venir, que se pasen a las cuatro de la mañana y verán".