Quince testigos prestarán declaración hoy en el juicio que se celebra desde el lunes contra cinco acusados de un presunto delito contra la salud pública. Se les acusa de transportar y depositar en dos secaderos de la sierra onubense jamones no aptos para el consumo humano, tras sufrir un incendio en un secadero de Monesterio.

Durante el día de ayer se presentaron los informes periciales. Entre ellos el del veterinario encargado de analizar las 43.000 piezas de jamones y paletas afectadas en el incendio del secadero el pasado 11 de junio de 2003.

Según la calificación provisional del fiscal, las 43.000 piezas de jamones y paletas afectadas por el incendio presentaban compuestos cancerígenos en la superficie del jamón, ya que el humo generado durante la combustión de los materiales plásticos podía contener compuestos de una elevada toxicidad.

Estos jamones y paletas fueron declarados no aptos para el consumo humano por parte de la Consejería de Salud la Junta de Extremadura. El secadero entonces contrató a una empresa para que se desprendieran de las piezas, pero se guardaron una parte para venderlas al público después de limpiarlas.