En la villa de Alburquerque ya está casi todo listo para dar comienzo, un año más, y ya van dieciséis, a un nuevo festival medieval, que cuenta con una gran participación de los propios vecinos, verdaderos artífices del certamen, que este año se celebrará por primera vez a lo largo de tres días, y no en dos como venía siendo habitual. Será este jueves cuando comiencen los adornos de las calles y el vestuario de los ciudadanos retroceda varios siglos para transportar al visitante a una villa de la Edad Media.

Se calcula que unos mil vecinos de la localidad participan directamente en alguna de las actividades programadas hasta el sábado, fecha en la que se pondrá fin a un certamen que tendrá en la boda de Don Pedro de Portugal y Doña Inés, dos personajes del siglo XVI, el hilo conductor del festival.

Otras novedades son los escenarios, que cambian con respecto a los del año pasado, el mercado, que será más amplio, y un mayor número de puntos para comer y beber. Las actividades se complementan con la primera edición de un encuentro internacional de poesía y narración oral en el que intervendrán nuevos jugladores, poetas y cuentacuentos procedentes de Argentina, Chile, del Sáhara, Cataluña, Valencia, Madrid, Valladolid, Cádiz y Extremadura.

Habrá pasacalles, fuegos artificiales, danza, teatro. El viernes se celebra la llegada de Don Pedro, quien recorrerá las calles más céntricas el viernes. Esa misma noche habrá una cena medieval, para la que hay que hacer reserva, destinada a quienes pretenden probar en su propio paladar los sabores típicos de la época. El programa se completa con los tradicionales juegos y torneos medievales a caballo, y una recreación del amor entre los dos protagonistas, que estarán acompañados por los adornos medievales que la mayoría de los vecinos cuelga en sus casas.