El El sacerdote Angel Solano Cumbreño fue homenajeado en la tarde del pasado viernes, 9 de enero, por parte de la corporación municipal, que en un solemne acto le nombraba hijo adoptivo de Alburquerque, a la vez que el alcalde, Angel Vadillo, le imponía la insignia de oro de la localidad.

Acompañado, además de por las autoridades locales y comarcales, por compañeros presbíteros, familiares llegados desde San Vicente de Alcántara (su pueblo natal), colaboradores de la parroquia y vecinos en general, Angel, como lo nombra todo el mundo en Alburquerque, recibió el reconocimiento tras 18 años de párroco en la localidad y, tal y como reconocía el alcalde, "por su generosidad desinteresada, por su amor a Alburquerque, por su talla humana, su humildad y su bondad".

Solano, quien agradeció las muestras de cariño recibidas, celebrará este año 2015 sus bodas de oro como ministro de la iglesia, por lo que fue uno de los 17 sacerdotes que recibía hace unos días un homenaje en el Seminario San Atón de Badajoz, en el encuentro de Navidad del clero pacense, un acto presidido por el arzobispo, Santiago García Aracil, y el coadjutor, Celso Morga.