La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha presentado una denuncia disciplinaria contra agentes del puesto de Talarrubias porque en vez de acatar una orden judicial que ordenaba la destrucción de prendas de ropa intervenidas en una operación, se la repartieron entre los agentes, sus familiares y vecinos.

La ropa fue intervenida en 2005 en el mercadillo semanal de Talarrubias. En total se retiraron 25 cajas de ropa con marca falsificada, que sumaban en total unas 750 prendas de vestir y se detuvo a su propietario por un delito contra la propiedad industrial. A finales de 2008 un juzgado de Herrera del Duque ordenó su destrucción. Sin embargo "en lugar de acatar la orden judicial, la ropa ha sido repartida", según indica la asociación, que destaca que la Guardia Civil está investigando este asunto mediante la apertura de una investigación interna.

La AUGC se teme que el asunto quede "minimizado y que todo quede en algo anecdótico", señala debido a que sus miembros tienen sospechas de que "la cadena de mando estaría bastante implicada". Se trata de una sospecha que fundamentada en que "no toman declaración a testigos directos y a otros testigos le toman la declaración por teléfono". Esta situación ha provocado, según señala AUGC, que en el puesto de Talarrubias "se está viviendo con una gran tensión", ya que de 11 componentes cuatro se encuentran de baja psicológica, así como la esposa de uno de ellos, "que junto a su marido han sufrido amenazas e insultos tras prestar declaración", asegura la asociación.

Ahora se esta a la espera de que se abra expediente por la denuncia disciplinaria interpuesta en la que imputaban cuatro faltas muy graves al comandante del Puesto de Talarrubias, en las que AUGC se ha personado como acusación popular.

El citado mando habría reconocido haber utilizado un remolque recuperado de un robo, que se encontraba en depósito, y que lo matriculó con placas oficiales PGC por su cuenta y sin autorización de la Comandancia. La AUGC no entiende que después de cuatro meses desde que se denunciaron estos hechos, aún no se hayan tomado medidas disciplinarias y se esté permitiendo que el puesto de Talarrubias se convierta en "una bomba de relojería a punto de estallar" y no se priorice en atajar este tipo de comportamientos en la Guardia Civil.